
Una reforma integral no es solo una oportunidad para renovar acabados y materiales, sino también para repensar por completo la distribución de la vivienda. Muchas veces heredamos casas con distribuciones obsoletas, pasillos interminables o espacios desaprovechados. Rediseñar la distribución tras una reforma integral puede cambiarlo todo: desde la manera en la que se vive la casa hasta la sensación de amplitud y confort. En este artículo te damos las claves para lograr una distribución funcional, estética y adaptada a tus necesidades reales.
El primer paso antes de mover un tabique es plantearse cómo vives. ¿Trabajas desde casa? ¿Tienes niños pequeños? ¿Cocinas mucho o prefieres espacios abiertos para socializar? La distribución debe adaptarse a tu día a día, no al revés. Un estudio profesional puede ayudarte a analizar flujos de movimiento, horarios y hábitos, para crear un esquema funcional personalizado.
Una buena distribución parte de una premisa clave: separar las zonas de uso social (salón, cocina, comedor) de las más privadas (dormitorios, baños). Esto permite mayor intimidad, reduce ruidos y aporta orden visual. En viviendas pequeñas, esta diferenciación puede marcarse a través del mobiliario, la iluminación o pequeños desniveles.
Una de las ventajas de las reformas integrales es que puedes recolocar estancias para aprovechar mejor la orientación de la casa. Por ejemplo, colocar la zona de día (salón-cocina) en la parte más luminosa y los dormitorios en zonas más frescas y tranquilas. Los tabiques de cristal, puertas correderas o estanterías abiertas pueden ayudar a que la luz fluya sin perder funcionalidad.
Los pasillos suelen ser espacios muertos que consumen metros útiles. En muchas reformas modernas se apuesta por conectar cocina, salón y comedor en un mismo espacio abierto, eliminando separaciones físicas innecesarias. Si se hace bien, estos espacios siguen teniendo su identidad, pero se conectan de forma natural y ganan en amplitud.
Una buena distribución no solo piensa en lo macro, también en los detalles. Un armario empotrado bien colocado, un rincón de lectura junto a una ventana o una isla en la cocina con almacenaje oculto pueden marcar la diferencia. Es aquí donde un estudio de interiorismo puede ayudarte a encontrar soluciones a medida para tu vivienda. separaciones físicas innecesarias. Si se hace bien, estos espacios siguen teniendo su identidad, pero se conectan de forma natural y ganan en amplitud.